jueves, 9 de febrero de 2012

A volar...

Hoy el aire se sintió triste... las caras en el ómnibus, en el subte, en la calle, se veían tristes... o tal vez fue sólo mi impresión.
Yo me sentí triste... y rara. ¿Por qué será que la mayoría de las veces comenzamos a valorar más a las personas post mortem? Que conducta chota, pero inconciente.
Se fue una persona que para ser sincera no seguí mucho: nunca tuve un disco de él, nunca fui a sus recitales, a decir verdad sabía muy poco de su vida y a lo sumo tendré bajadas 3 canciones suyas. Sin embargo, cuando leí el anuncio de su hija Catarina en las redes: “No habrá un destino incierto, ni habrá distancia que pueda alejarme de ti… Amor eterno a mi Padre”, la vista se me llenó de nubes... sentí una real pena.
Se fue un filósofo, un papá de nuestra música, un icono del rock, una leyenda nacional.
Un músico único, que según sus compañeros de ruta, de las muchas bandas que formó, reunía tantas condiciones que no había nadie que lo igualara, ni habrá nadie que lo iguale. Un padre amoroso, un buen "flaco"...
"Luis era miel pura, y no sólo conmigo" decía para una entrevista entre lágrimas su musa ojos de papel, "abría la boca y de ella sólo salía poesía».
Era un sabio de las palabras, que nos regaló canciones y frases que quedarán por siempre. Yo elijo ésta para pedirle prestada: "El talento es el hombre en libertad, nace en cualquier persona que se sienta capaz de volar con sus ideas".
A volar entonces... Maestro, gracias.