jueves, 10 de marzo de 2011

1, 2, 3 probando again

Luego de algunos meses de ostracismo, yendo de acá para allá -como consecuencia de tratar de mantener dos trabajos- heme aquí nuevamente, resurgida de entre las cenizas, cual Ave Fénix. Digo "cenizas" por que fueron meses ásperos que me secaron desde el pelo hasta el espíritu.
Pero hete aquí, que se podría decir que hoy le hago honor al título y por primera vez en esta ciudad; todo gracias a un portal de noticias, donde me pongo al hombro el contenido periodístico.
Me levanto todos los días, antes que mi vecino el gallo, y comienzo mi tarea en un horario que va un poco a contramano del de los ciudadanos comunes, también por eso mismo, cuando finalizo, casi todo el resto va por la mitad.
Trato de hacer mi trabajo en silencio, aunque más de una vez dejaría de lado la mancomunada solidaridad para poner música a todo volumen, y evitar dormirme en los momentos siguientes al sonido del despertador. Me he acostumbrado también, a que mis horarios de descanso se hagan en medio del mundanal ruido, casi casi sin que me moleste en lo más minimo.
No sé si este trabajo me esté volviendo un tanto freaky, pero de lo que sí estoy segura, es de que estoy entrando en una etapa en la cual mi ritmo circadiano se está trastornando.
Ahora sí, recuerdo más que nunca, aquel docu-ficcional dirigido por mi hermano, acerca del "trabajo nocturno", en el que hacía las veces de psicóloga - con corte carré y casi comiéndome el papel, por cierto- mientras daba una opinión tan certera, que si me lo preguntarán hoy no podría estar más de acuerdo.